El director de la Academia Norteamericana de Lengua
Española, Gerardo Piña-Rosales, ha considerado hoy en Burgos que el español que
se habla en Estados Unidos es una variante de la lengua que se debe normalizar
para unificar criterios y ha afirmado que esta entidad trabaja con ese
objetivo.
En la presentación de uno de los mejores libros sobre el tema, “El español y su literatura en Estados Unidos”, editado por el
Instituto de la Lengua de Castilla y León, que reúne diversos trabajos e
investigaciones, Piña-Rosales ha explicado que el español que se habla en ese
país debe tener lo antes el reconocimiento de un modismo como el que define al
español que se habla en Argentina, Chile o Puerto Rico.
Piña-Rosales ha reconocido que el “español de Estados
Unidos” se está creando con una clara influencia del inglés, sobre todo en el
uso de ciertas palabras, más que en el plano sintáctico.
Sin embargo, ha considerado que “no es algo negativo” que
las lenguas se enriquezcan entre sí.
Además, ha advertido que la influencia del inglés se
aprecia más en el lenguaje que se utiliza en la calle que en el académico, lo
que hace “muy necesaria una normalización”, dado que se trata de
hispanohablantes de distintas procedencias, aunque el idioma que hablan es
común en más de un 80%, lo que les permite entenderse perfectamente.
Enrique Ruiz-Fornells, uno de los coordinadores de la
obra, expresidente y fundador de la Asociación de Licenciados y Doctores de
Español en Estados Unidos, ha destacado la importancia de profesores españoles
nativos que imparten clases de idioma y cultura a los estadounidenses, cuya
contribución a “acelerar la inmersión en el español” y en su crecimiento ha
sido “decisiva”.
Además, Ruiz-Fornells ha insistido en la diferencia entre
el español que se habla con carácter popular en Estados Unidos y el que se
enseña en las universidades, que es “académicamente correcto”.
En este sentido, ha explicado que los profesores de
español en Estados Unidos siguen la gramática y las reglas de las academias de
la lengua, y se ha mostrado partidario de que sea la academia de Estados Unidos
la que unifique el español que se habla.